La Trova, Música para reflexionar
La Trova es la expresión artística fruto de mezclar la música y la poesía. Las canciones que pertenecen a este género musical tienen letras con contenido filosófico, político, y social; dejan ver el pensamiento de sus autores y logran que muchos grupos sociales, jóvenes, obreros, u otros, se identifiquen con sus canciones al punto de que algunas de estas composiciones se han vuelto verdaderos himnos. Estos autores, a través de sus canciones cuentan historias con sentido del humor, otros demandan justicia social, otros nos hablan de libertad, y muchos otros le cantan al amor. Es un estilo musical en el que, si bien es cierto, el componente melódico-armónico es importante, el mensaje que transmiten las canciones y la riqueza de sus letras toman una mayor relevancia
El instrumento preferido por la gran mayoría de trovadores es la guitarra. Muchos la interpretan con gran maestría y muchos otros son multi-intrumentistas que al crear sus canciones añaden, por ejemplo, instrumentos andinos u armónica a sus composiciones.
Si bien es cierto la trova se originó en Francia, Hoy por hoy, Latinoamérica es la parte del mundo donde más se produce este tipo de canciones. A principios de la segunda mitad del siglo XX se empiezan a crear las primeras trovas en Cuba, y poco a poco se extiende por toda la región. Ahora, este género musical no goza de tanta popularidad como otros géneros, pero sigue habiendo estudiantes universitarios que se identifican con las canciones y hombres y mujeres disfrutan de esta música porque crecieron con ella, talvez por tradición familiar o porque se enamoraron de alguna canción y empezaron a descubrir este bello estilo musical, de agradable música y letras con significado.
Muchos han escuchado Silvio Rodríguez o Facundo Cabral, grandes trovadores latinoamericanos y de los más conocidos, ellos son grandes representantes del género, pero hay muchos más, y de prácticamente todos los países latinoamericanos. Cada uno con un estilo distintivo. Unos con una carrera muy prolífica como artistas, otros comprometidos con grandes causas y muchos incluso, desterrados de su patria por no ser del agrado de los dictadores que pulularon en el siglo XX en nuestra América.
Empezando desde el Sur: En Chile, por mencionar algunos ejemplos de grandes cantautores tenemos A Víctor Jara, quien reflejó su postura política y demandó una sociedad más justa a través de sus canciones, él nos dejó grandes himnos como “Plegaria a un Labrador”, “El derecho a vivir en paz” o la conocida “Te recuerdo Amanda”. Por otro lado, tenemos al Tata Barahona, con un estilo irreverente y desenfadado que podemos ver en canciones como “No le entregues el poder”, “Dueños” y “Yo tengo un país”; y finalmente mencionaremos a Eduardo Peralta, que tiene canciones con un estilo jocoso y gran musicalidad como “Mi Psiquiatra”, “Canción a tu exmarido” y “Los Tres Caballeros”. Él también tiene una canción que de una forma diferente le canta a la libertad, recomendada también “Declaración definitiva”.
Cruzando la cordillera, en Argentina, la lista de trovadores y cantautores en general es muy extensa, tenemos por ejemplo a Víctor Heredia, Quien muestra en sus canciones su preocupación por los problemas sociales en latinoamericana, él es autor de grandes y canciones como “Razón de Vivir”, “Sobreviviendo” y otras menos conocidas, pero no por eso menos buenas, como “Ahora” y “Amor es una multitud”. Grandes exponentes de la trova argentina fueron Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, y el gran Facundo Cabral.
Más al norte, en Bolivia, tenemos al gran Luis Rico con verdaderas poesías echas canción como “Mi Hijo”, canciones de amor como “Matilde” o canciones más alegres y melodiosas como “Mariposa Nocturna” y “Paloma Viajera”.
En Ecuador, tenemos como buenos representantes a Héctor Napolitano y Hugo Idrovo, mutuos amigos, El primero nos ha dado, con su jocosidad característica, buenas letras mezcladas con ritmos bailables, típicos de las ciudades porteñas. Así, tenemos a canciones como “Bolón de Verde”, “Tu mirada” y “Guajira a Guayaquil”. Hugo Idrovo, por su parte, de estilo similar a Héctor (talvez por sus similares gustos musicales y porque fueron compañeros en Promesas Temporales, Grupo referente del rock ecuatoriano.) nos ha dado divertidas canciones como “Todos los cholos” y profundas canciones como “Reina descalza”. Además, podemos mencionar cómo un buen representante de la trova capitalina a Jaime Guevara con canciones como “Canción del remiso” o “Que hora es”.
Si pasamos por Centroamérica tenemos grandes cantautores como el nicaragüense Enrique Mejía Godoy con canciones como “Mi venganza personal”, “Yo soy de un pueblo sencillo” y “Canción para un fusil”. Tenemos también, al costarricense Manuel Monestel con bellas canciones como “Corazón tropical”, “Miedo” o “Habitante eterno de la Tierra”.
Finalmente llegando a México, tenemos, por ejemplo, a Oscar Chávez, quien nos deleitó con “Macondo”, canción que trata del pueblo donde se desarrolla la novela de García Márquez, Cien años de soledad. O Tenemos a Alejandro Filio con canciones románticas como “Te quiero tanto” o reivindicativas como “El Engaño”.
La belleza de estas canciones está en el carácter versátil de sus letras y las diversas emociones que nos provocan, Muchas de estas canciones son historias como “El Retocador de calles” de Fernando Delgadillo, “Cuando agosto era 21” de Fernando Ubiergo” o “La verdadera historia de Bonnie & Clyde” de Eduardo Peralta. Muchas otras Hacen alusiones históricas como “Muerte de Atahualpa” de Víctor Heredia o “breve historia de las Islas Malvinas” del mismo autor. Otras, son exquisitas poesías como “Señor yo te agradezco” de Carlos Portela o la antes mencionada “Mi hijo” de Luis Rico. Existen, por otro lado, entre este tipo de música, canciones que constituyen verdaderos cantos de libertad, responden a un ánimo contestario y de protesta como “Yo te nombro libertad” de Isabel Aldunate o cómo muchas canciones de Rolando Alarcón. También, tenemos bellas trovas románticas como muchas de las canciones del español Luis Eduardo Aute o del mexicano Edgar Oceransky. Por último, vemos a esas canciones que con buenas letras combinan elementos del rock en su música, como las canciones de Leon Gieco o Manuel García, “Pensar en Nada” y “Hombre al precipicio” de estos autores, respectivamente, son claros ejemplos de ese tipo de canciones.
Bueno, como vemos este estilo musical esta preponderantemente marcado por los hombres, pero eso no quiere decir que no haya mujeres trovadoras que hayan dejado su huella como poetas y cantautoras. Tenemos Por ejemplo a la chilena Violeta Parra, la boliviana Matilde Casazola, las peruanas Susana Baca, Chabuca Granda y la Argentina María Elena Walsh, por mencionar algunas.
Hay muchos más cantautores que vale la pena escuchar y no se los ha mencionado, pero una vez visto estos ejemplos de artistas y canciones que engrandecen la música latinoamericana, exhortamos a seguir descubriendo temas y artistas. En el widget de Spotify de este blog, ubicado a la derecha están bastantes de las canciones que hemos mencionado en este artículo para poder satisfacer más fácilmente el deseo de escucharlas.
La Trova es la expresión artística fruto de mezclar la música y la poesía. Las canciones que pertenecen a este género musical tienen letras con contenido filosófico, político, y social; dejan ver el pensamiento de sus autores y logran que muchos grupos sociales, jóvenes, obreros, u otros, se identifiquen con sus canciones al punto de que algunas de estas composiciones se han vuelto verdaderos himnos. Estos autores, a través de sus canciones cuentan historias con sentido del humor, otros demandan justicia social, otros nos hablan de libertad, y muchos otros le cantan al amor. Es un estilo musical en el que, si bien es cierto, el componente melódico-armónico es importante, el mensaje que transmiten las canciones y la riqueza de sus letras toman una mayor relevancia
El instrumento preferido por la gran mayoría de trovadores es la guitarra. Muchos la interpretan con gran maestría y muchos otros son multi-intrumentistas que al crear sus canciones añaden, por ejemplo, instrumentos andinos u armónica a sus composiciones.
Si bien es cierto la trova se originó en Francia, Hoy por hoy, Latinoamérica es la parte del mundo donde más se produce este tipo de canciones. A principios de la segunda mitad del siglo XX se empiezan a crear las primeras trovas en Cuba, y poco a poco se extiende por toda la región. Ahora, este género musical no goza de tanta popularidad como otros géneros, pero sigue habiendo estudiantes universitarios que se identifican con las canciones y hombres y mujeres disfrutan de esta música porque crecieron con ella, talvez por tradición familiar o porque se enamoraron de alguna canción y empezaron a descubrir este bello estilo musical, de agradable música y letras con significado.
Muchos han escuchado Silvio Rodríguez o Facundo Cabral, grandes trovadores latinoamericanos y de los más conocidos, ellos son grandes representantes del género, pero hay muchos más, y de prácticamente todos los países latinoamericanos. Cada uno con un estilo distintivo. Unos con una carrera muy prolífica como artistas, otros comprometidos con grandes causas y muchos incluso, desterrados de su patria por no ser del agrado de los dictadores que pulularon en el siglo XX en nuestra América.
Empezando desde el Sur: En Chile, por mencionar algunos ejemplos de grandes cantautores tenemos A Víctor Jara, quien reflejó su postura política y demandó una sociedad más justa a través de sus canciones, él nos dejó grandes himnos como “Plegaria a un Labrador”, “El derecho a vivir en paz” o la conocida “Te recuerdo Amanda”. Por otro lado, tenemos al Tata Barahona, con un estilo irreverente y desenfadado que podemos ver en canciones como “No le entregues el poder”, “Dueños” y “Yo tengo un país”; y finalmente mencionaremos a Eduardo Peralta, que tiene canciones con un estilo jocoso y gran musicalidad como “Mi Psiquiatra”, “Canción a tu exmarido” y “Los Tres Caballeros”. Él también tiene una canción que de una forma diferente le canta a la libertad, recomendada también “Declaración definitiva”.
Cruzando la cordillera, en Argentina, la lista de trovadores y cantautores en general es muy extensa, tenemos por ejemplo a Víctor Heredia, Quien muestra en sus canciones su preocupación por los problemas sociales en latinoamericana, él es autor de grandes y canciones como “Razón de Vivir”, “Sobreviviendo” y otras menos conocidas, pero no por eso menos buenas, como “Ahora” y “Amor es una multitud”. Grandes exponentes de la trova argentina fueron Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, y el gran Facundo Cabral.
Más al norte, en Bolivia, tenemos al gran Luis Rico con verdaderas poesías echas canción como “Mi Hijo”, canciones de amor como “Matilde” o canciones más alegres y melodiosas como “Mariposa Nocturna” y “Paloma Viajera”.
En Ecuador, tenemos como buenos representantes a Héctor Napolitano y Hugo Idrovo, mutuos amigos, El primero nos ha dado, con su jocosidad característica, buenas letras mezcladas con ritmos bailables, típicos de las ciudades porteñas. Así, tenemos a canciones como “Bolón de Verde”, “Tu mirada” y “Guajira a Guayaquil”. Hugo Idrovo, por su parte, de estilo similar a Héctor (talvez por sus similares gustos musicales y porque fueron compañeros en Promesas Temporales, Grupo referente del rock ecuatoriano.) nos ha dado divertidas canciones como “Todos los cholos” y profundas canciones como “Reina descalza”. Además, podemos mencionar cómo un buen representante de la trova capitalina a Jaime Guevara con canciones como “Canción del remiso” o “Que hora es”.
Si pasamos por Centroamérica tenemos grandes cantautores como el nicaragüense Enrique Mejía Godoy con canciones como “Mi venganza personal”, “Yo soy de un pueblo sencillo” y “Canción para un fusil”. Tenemos también, al costarricense Manuel Monestel con bellas canciones como “Corazón tropical”, “Miedo” o “Habitante eterno de la Tierra”.
Finalmente llegando a México, tenemos, por ejemplo, a Oscar Chávez, quien nos deleitó con “Macondo”, canción que trata del pueblo donde se desarrolla la novela de García Márquez, Cien años de soledad. O Tenemos a Alejandro Filio con canciones románticas como “Te quiero tanto” o reivindicativas como “El Engaño”.
La belleza de estas canciones está en el carácter versátil de sus letras y las diversas emociones que nos provocan, Muchas de estas canciones son historias como “El Retocador de calles” de Fernando Delgadillo, “Cuando agosto era 21” de Fernando Ubiergo” o “La verdadera historia de Bonnie & Clyde” de Eduardo Peralta. Muchas otras Hacen alusiones históricas como “Muerte de Atahualpa” de Víctor Heredia o “breve historia de las Islas Malvinas” del mismo autor. Otras, son exquisitas poesías como “Señor yo te agradezco” de Carlos Portela o la antes mencionada “Mi hijo” de Luis Rico. Existen, por otro lado, entre este tipo de música, canciones que constituyen verdaderos cantos de libertad, responden a un ánimo contestario y de protesta como “Yo te nombro libertad” de Isabel Aldunate o cómo muchas canciones de Rolando Alarcón. También, tenemos bellas trovas románticas como muchas de las canciones del español Luis Eduardo Aute o del mexicano Edgar Oceransky. Por último, vemos a esas canciones que con buenas letras combinan elementos del rock en su música, como las canciones de Leon Gieco o Manuel García, “Pensar en Nada” y “Hombre al precipicio” de estos autores, respectivamente, son claros ejemplos de ese tipo de canciones.
Bueno, como vemos este estilo musical esta preponderantemente marcado por los hombres, pero eso no quiere decir que no haya mujeres trovadoras que hayan dejado su huella como poetas y cantautoras. Tenemos Por ejemplo a la chilena Violeta Parra, la boliviana Matilde Casazola, las peruanas Susana Baca, Chabuca Granda y la Argentina María Elena Walsh, por mencionar algunas.
Hay muchos más cantautores que vale la pena escuchar y no se los ha mencionado, pero una vez visto estos ejemplos de artistas y canciones que engrandecen la música latinoamericana, exhortamos a seguir descubriendo temas y artistas. En el widget de Spotify de este blog, ubicado a la derecha están bastantes de las canciones que hemos mencionado en este artículo para poder satisfacer más fácilmente el deseo de escucharlas.
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